La fiesta de Red Bull, lanzada a por un doblete en Bakú, devino en desastre a cuatro vueltas para la meta, cuando el neumático trasero izquierdo de Max Verstappen explotó, a más de 300 km/h, en la recta principal. El espeluznante choque contra el muro y la imagen de Mad Max llegando cabizbajo a su garaje suponían un duro revés para el equipo de Christian Horner. O eso parecía. Porque todo dio un giro durante el epílogo ideado por Michael Masi, director de carrera. En las dos vueltas restantes, con resalida desde la parrilla, Lewis Hamilton perdió todo el botín con un clamoroso error, mientras Fernando Alonso trepaba cuatro posiciones hasta la sexta posición en la meta.

Sebastian Vettel y Pierre Gasly completaron el podio de un inolvidable GP de Azerbaiyán, donde el heptacampeón iba a quebrar una racha de 55 pruebas en los puntos. Desde Austria 2018, víctima de una avería, a este último puesto en Bakú, al irse largo en la curva 1. Formidables noticias para Red Bull, dado que Verstappen conserva el liderato de Mundial y Pérez celebra la segunda victoria de su vida, justo siete meses después del estreno en Sakhir.